Para entender mejor la funcionalidad de un torno suizo es útil entender sus orígenes. Su invención llegó gracias a la necesidad de los fabricantes de relojes suizos de producir rodamientos adornados con joyas para sus cronómetros. De allí, esta máquina se expandió a industrias como la nuclear, agrícola, médica, electrónica, aeroespacial y a la fabricación de aplicaciones metálicas en general.
Diferencias entre un torno suizo y un torno convencional
Parte de esta expansión tiene que ver con que el torno suizo emplea un cabezal deslizante en vez de uno fijo. Este cabezal alimenta la barra de material a través de un buje guía que va más allá de la herramienta de corte.
Esto es completamente distinto a los tornos convencionales, en los que la barra gira en una posición fija y la herramienta de corte va hacia ella de forma longitudinal o perpendicular. El buje guía le da a la barra de material un soporte cercano al punto de corte, lo que evita distorsiones en la pieza de trabajo.
Esto explica la efectividad de este tipo de tornos para moldear partes particularmente largas y de poco diámetro. Además, pueden tener un husillo secundario para operar en la parte posterior de la pieza, una vez que ya se completaron los cortes en el husillo principal.
Particularidades del torno suizo
Algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de emplear un torno suizo en una planta de producción: estos tornos tienen una boquilla giratoria en el cabezal, así como un buje guía giratorio o estacionario.
La boquilla debe ajustarse fuertemente para lograr un buen agarre de la barra mientras el cabezal deslizante se mueve de adentro hacia afuera y viceversa.
En cambio, el buje guía debe ajustarse de manera más holgada para que la barra pase a través, pero lo suficientemente firme como para darle soporte a la barra cerca del punto de corte.
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